Buenos días a todos:

‌

Lo primero es lo primero. Por premuras y rapideces al teclear, al protagonista de la newsletter de la semana pasada, el cineasta Joecar Hanna, le adjudiqué una edad loca. Puse 39 y tiene 33 años. Miles de perdones. Y ahora, al lío.

‌

Esta semana la plataforma Filmin celebró un evento de presentación de nuevas series y películas, y de paso conmemoró su cumpleaños: 18 años. Su nacimiento, visto desde hoy, tiene toda la lógica del mundo. Pero en 2006 fue una marcianada. Juan Carlos Tous, que había dirigido la división de vídeo y DVD de Manga Films, creó en 2003 Cameo, que agrupaba en sus lanzamientos de DVD y VHS a las principales distribuidoras españolas de cine independiente, y a productoras como El Deseo o Tornasol. La idea de Filmin nació en el verano de 2006, su concreción llegó más adelante: se creó la sociedad limitada el 31 de mayo de 2007 y se lanzó la plataforma el 3 de octubre de 2008. En ese equipo ya estaban, completando el trío directivo, José Antonio de Luna y Jaume Ripoll, actual director editorial, que ejerció de maestro de ceremonias del evento del pasado martes. 

Recuerdo muy bien aquella época, y lo raro que sonaba, porque, haceos una idea, Netflix empezó la oferta digital en 2007. Y, hagamos un inciso, no está de más recordar que Filmin es la plataforma española y europea que mejor ha logrado plantar cara a las ofertas estadounidenses (Netflix, Prime Video, Disney+, HBO Max, Apple TV+, ya sabéis). No solo eso, sino que es la plataforma que más clásicos de cine indie, de autor europeo y grandes obras de Hollywood cobija. Si te gusta el cine, Filmin es imprescindible.

‌

Filmin, por ejemplo, auspició el primer gran estreno online en España. Fue en 2008, con Tiro en la cabeza, de Jaime Rosales. Ripoll bromeaba en el evento del martes con que ese título podía haber sonado a premonitorio. Ha vivido diversos lanzamientos y mejoras como plataforma de streaming, porque, durante años, Filmin luchó contra la piratería digital, o las copias piratas grabadas en salas en malas condiciones: el top manta. Me acuerdo de múltiples charlas con Tous acerca de la necesidad de hacer pedagogía en el espectador español. Y de su alegría cuando Netflix anunció que desembarcaba en España, porque así el público entendería que estaba bien pagar por el producto, que ese aterrizaje ayudaría al resto al crecer.

Justo el martes que viene Netflix celebra su décimo aniversario en España: aterrizó el 20 de octubre de 2015. Al evento festivo en el centro de Madrid acudirá Ted Sarandos, el cerebro creativo de la plataforma de streaming. Y obviamente, sacarán músculo.

‌

Ambas coincidencias me hacen reflexionar sobre cómo consumimos cine hoy en día. Desde luego que quiero y deseo ver las películas en salas de cine, pero entiendo que hay muchos cinéfilos que no pueden acceder a salas porque no hay en su ciudad o cerca de su casa, porque a todos nos gusta tener a mano los clásicos, porque incluso el brutal desembarco semanal de películas hace que títulos interesantes se queden en un visto y no visto en la cartelera... Hoy, no podemos vivir sin plataformas, pero también les pido a ellas (y Filmin en eso también es pionera, porque desde hace unos años también funciona como distribuidora de cine en salas físicas) generosidad y cariño con la gran pantalla.

Estos días, la editorial Pepitas de Calabaza edita junto con la Filmoteca Española Diarios de Nueva York (primer viaje) de Iván Zulueta. Os recuerdo que hace unas semanas en la votación de Babelia de las 50 mejores películas españolas del último medio siglo ganó su Arrebato. Zulueta se fue a Nueva York en un barco mercante y allí estuvo de enero (aunque salió de Bilbao a finales de diciembre de 1963) a verano de 1964 (el diario acaba abruptamente el 9 de junio).

‌

Es un diario curioso y se lee bien (él mismo se reprocha al final que lo haya llenado de quejas): pasea por Greenwich Village, pero no escribe de Bob Dylan; va a exposiciones, aunque casi nunca explica quiénes son los artistas; llega a un EE UU devastado por el asesinato de JFK, y Zulueta ni se refiere a ello. Graduado en la Escuela de Decoración, viaja para estudiar un semestre en la Arts Students League. Sí, estudia dibujo, ilustración; sin embargo, va constantemente al cine (al Bleecker Street Cinema, y le encantan pelis como La pantera rosa, le interesan Tom Jones y la saga de 007). También hay un retrato de la escasa colonia española en NY, y solo pequeños apuntes de su uso de la cámara con la que viajó. Y unas fotos locas de Zulueta en los decorados que aportó Samuel Bronston al pabellón español de la Feria Mundial de NY de ese año. A su vuelta entró en la Escuela Oficial de cine y comenzó otra singladura...

‌

Esta publicación es la primera (eso esperan) de todo el material que la Filmoteca compró al heredero de Iván Zulueta, un creador que no dejó, ni deja, a nadie indiferente.