Este es el boletín de la sección de Madrid de EL PAÍS, que sale dos veces por semana. Los martes llega al buzón de los lectores a las seis de la tarde con la firma de Miguel Ezquiaga. Los viernes la entrega está dedicada a propuestas culturales, llega a mediodía y la firma Héctor Llanos Martínez. Si no estás suscrito, puedes apuntarte aquí.
− “Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. ¡Silencio! (A otra hija.) ¡A callar he dicho! (A otra hija.) Las lágrimas cuando estés sola. ¡Nos hundiremos todas en un mar de luto! Ella, la hija menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído? ¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!”.
Así culmina Federico García Lorca La casa de Bernarda Alba. La autora teatral Pilar Ávila y la actriz Pilar Civera comenzaron una investigación avalada por el hispanista y experto en el granadino, Ian Gibson, para contar lo que pasó tras la muerte de Adela la hija menor de la protagonista. El resultado es Bernarda y Poncia, un spin-off lorquiano que desvela en un caluroso día de verano, ocho años después de ese icónico final, los secretos que se guardan ambas mujeres en eterno luto.
El montaje de la Compañía Teatro Íntimo se representa desde hace meses todos los sábados en la sala Lola Membrives del Teatro Lara, hasta el 27 de septiembre, así que ya no quedan muchas funciones.
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